¿Qué tiene de magnífica la prehistoria?

En el cole, en el instituto e incluso en la universidad, en el cine o en los medios de comunicación, más allá de las simples edades del hombre y de poco más que algunos datos, que a día de hoy ya son erróneos y contradictorios por todas las evidencias que se van descubriendo cada día, por arqueólogos y prehistoriadores de todo el mundo, la prehistoria tiene un secreto. Esconde mucho más de lo que nos han contado y espera, a que nosotros, los hombres y mujeres del siglo XXI lleguemos hasta las mismas puertas de sus enclaves y lugares de poder, para descubrir, con nuestros ojos tecnológicos, aquello que nuestros antepasados no pudieron llegar a ver. Pero gracias a la tecnología de la que hoy disponemos, unida al enorme conocimiento que un gigante como Internet pone a nuestra disposición, podemos aproximarnos cada vez más al enigma que esconde la prehistoria, sus cuevas sagradas, sus evidencias arqueológicas y por supuesto, sus pinturas rupestres. Obra magna por excelencia del ser humano. La primera obra de arte de la humanidad. Casi, sin pretender serlo, rezuma optimismo y colorido todavía fresca en las paredes y techos de las cuevas y abrigos de todo el mundo.

España, puede presumir ante el mundo de ser uno de los países con mayores representaciones rupestres descubiertas y que completan hasta el día de hoy, las edades del homo Sapiens en Europa, e incluso nos atrevemos a afirmar que algunas de ellas las superan. Y este hecho, ya de por si, nos ha de invitar a viajar a la prehistoria y a buscar y encontrar esas maravillosas rutas en las que el ser humano de ayer y de hoy, se unen , en un camino común, en un destino común.

Es por ello, que poniendo punto y final al verano caluroso que este año nos ha tocado vivir en muchas localidades de la geografía española, viajes a la prehistoria os anima a salir de nuevo, mochila a hombros, para dar el punto final a unas bonitas vacaciones, o dar el pistoletazo de salida a las rutas y escapadas de fin de semana, para comenzar a disfrutar, conocer y gozar de un auténtico viaje a la prehistoria del hombre que nos precedió, para conocer su pasado. Para impresionarse como el se impresionó, para sentir el miedo, el frío o la sed, aun sabiendo que tenemos el coche a pocos km de la cueva, pero ¿qué tal si desconectamos y empezamos a soñar con nuevos viajes que nos abran los sentidos y las puertas de la fantasía y la emoción?

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