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Blog de Prehistoria

Solsticio de invierno en la Cova de Parpalló (Gandia, Valencia)


Ya está a punto de cumplirse un año desde que visitara por primera vez la Cova de Parpalló de Gandía y como no podía ser de otra forma, quería aprovechar estas líneas para contaros lo que aquel día sucedió y como la prehistoria no ha dejado de sorprenderme gratamente. Parpalló, recientemente inaugurada y acondicionada para que los visitantes puedan disfrutar de ella, es famosa mundialmente por las más de 6000 plaquetas grabadas, que se encontraron en su interior, correspondientes a diferentes cronologías, desde el 20.000 a.c. hasta el 10.000 a.c. En ellas, se encuentra representada en su mayoría, parte de la fauna que convivía con nuestros antepasados, además de otros grabados con representaciones variadas. Y justamente su número y su distribución a lo largo de diferentes periodos prehistóricos, es lo que la hace sin duda muy especial. Preguntas de ¿por qué tantas plaquetas en una misma cueva?, o ¿para qu servían exactamente?, no dejan de venir a mi cabeza desde que tuve la oportunidad de colaborar, para la inauguración de la cueva hace algunos meses. Muchos investigadores la consideran un santuario, pues no cabe duda que depositar más de 6000 piezas de arte mobiliar en el mismo lugar no es

casualidad. Pero entonces, si partimos de la idea de que pudo ser un lugar muy especial para nuestros ancestros, y en la línea de viajes a la prehistoria, también nos dedicaremos a buscar pistas por si Parpalló también tiene algo especial para nosotros en la actualidad. Y justo en ese contexto y mientras me encontraba en pleno proceso de investigación para mi libro, llegó el invierno y con él los primeros rayos de sol de aquel solsticio el 21 de diciembre de 2013.

Tras algunas averiguaciones y con la ayuda desinteresada y amable de un guía, al cual siempre estaré agradecida, (pues de alguna forma, logré contagiarle el entusiasmo que yo sentía por ser testigo de aquel mágico evento).

Mi interés no era otro que comprobar in situ, del mimo modo que ya habían hecho algunos investigadores, como los rayos del sol del solsticio de invierno incidían directamente en las paredes internas de la Cova de Parpalló. Dicho y hecho, allí estábamos los cuatro, a las 8:15h de la mañana, subidos en la parte superior, esperando que el fenómeno en cuestión se produjera. El resto lo relato en mi libro, pero ni que decir tiene, que hoy, casi después de un año, aquel primer entusiasmo e ímpetu que caracteriza a Viajes a la Prehistoria lograba no solo ser protagonista del nacimiento del nuevo Sol, en el interior de aquel santuario prehistórico sino también colaborar con nuestras ilustraciones, relatos y toda la ilusión de trabajar con gente tan fantástica. Es por ello, que un año después de aquel encuentro, he de afirmar que Parpalló, fue un lugar muy especial para las gentes del Paleolítico, pero también lo fue para mí.

Aunque suene cursi, no cambiaría ni una coma de lo dicho, pues es la verdad y esa verdad es la que al final, nos hace perseguir nuestros sueños y conseguir cosas que no habríamos imaginado.


Os dejo con un vídeo que resume a grandes rasgos, lo vivido en la Cova de Parpalló.



©Viajes a la Prehistoria

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